lunes, 3 de octubre de 2011

Diagnóstico de Síndrome de ovario poliquístico. Controversias actuales

La primera descripción de la enfermedad fue en 1935 por Stein y Leventhal, en la que reportaron por primera vez la asociación de ovarios poliquísticos en mujeres con amenorrea, hirsutismo y obesidad. Estudios morfológicos y estudios histológicos de los ovarios de estas pacientes revelaron un túnica albugínea delgada, con hiperplasia de la teca interna y del estoma cortical, con múltiples folículos subcapsulares que estaban con varios grados de atresia, por lo que se estableció la terminología de síndrome de ovarios poliquísticos, más adelante los avances en la neuroendocrinología han permitido asociar esta enfermedad con la obesidad y el síndrome de resistencia a la insulina.

El primer paso para el diagnóstico de cualquier enfermedad radica en el reconocimiento de la historia clínica y los hallazgos en el examen físico que orienten hacia la patología.

El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una entidad clínica caracterizada por anovulación crónica e hiperandrogenismo ovárico funcional. Representa la causa más frecuente de infertilidad anovulatoria (50%)  y de pérdida precoz del embarazo (82%).

Se ha observado asociación de este síndrome con hiperinsulinismo e insulino-resistencia en un 30 - 50% de las pacientes, jugando un rol clave en la etiopatogenia. El origen de esta insulino-resistencia no se encuentra en un defecto congénito del  receptor, sino, en un evento posreceptor. En 1995, Dunaif publica que el problema es que ocurre una fosforilación de la serina, lo cual disminuye la actividad de la tirosinquinasa, alterándose la traducción posreceptor. Este es un defecto genético. Finalmente la traducción de la señal de la insulina no es reconocida correctamente por los tejidos blancos, a excepción del ovario, que utilizaría una vía diferente de traducción. La insulino resistencia induce, en forma compensatoria, una sobreproducción de la insulina, la cual va a exacerbar sus efectos en los tejidos insulino-sensibles.

A nivel ovárico, la insulina, puede actuar a través de varias vías, en sinergismo con LH estimulando su propio receptor en células tecales y del estroma ovárico a través de la incrementación de la síntesis de IGF-1 Utilizando receptores de IGF-1 Su acción provoca un aumento de la síntesis ovárica de andrógenos, gracias a que induce un incremento de la actividad de la enzima P450 17a. Así mismo, la insulina estimula a la enzima P450 17a de células reticulares de la glándula suprarrenal, aumentando la secreción de andrógenos, potenciando la acción de ACTH. Por otro parte la hiperinsulinemia bloque la síntesis hepática de SHBG y de IGFBP1, incrementando los niveles de andrógenos libres.

En la patogenia de esta enfermedad también participa el incremento de la frecuencia de los pulsos de LH sobre la FSH, favoreciendo así la producción de andrógenos por las células de tecales del ovario y un incremento de la conversión del 17 beta estradiol en las células de la granulosa.

Desde las primeras descripciones de la enfermedad, se observó que existían pacientes con formas más sutiles de SOP, y se concluyó que el cuadro clínico y de laboratorio tiene gran variabilidad en la intensidad de sus manifestaciones, creando dificultades en el diagnóstico.

La heterogeneidad del SOP ha motivado a múltiples grupos de expertos a intentar encontrar una definición basada en la evidencia y que sea útil desde un punto de vista clínico y de protocolos de investigación. La presencia de numerosos criterios ha llevado a definir diversos fenotipos, que presentan diferente clínica y laboratorio, los cuales difieren entre sí con respecto al riesgo metabólico.


Criterios diagnósticos del SOP

El primer intento por lograr un consenso en la definición del SOP fue realizado por National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos de Norteamérica, que en el año 1990 organizó una reunión de expertos para establecer los criterios diagnósticos de este síndrome y originó los “Criterios diagnósticos del NIH”. En esta conferencia se realizó un cuestionario a los participantes con el fin de definir su postura frente a las características asociadas a esta entidad. Participaron 58 investigadores y se definió como criterio de SOP aquellos en que al menos 40% de los investigadores estuvo de acuerdo. La encuesta demostró que la hiperandrogenemia contó con la aprobación de 64% de los participantes, la exclusión de otras patologías con 60%, la disfunción menstrual con 52% y el hiperandrogenismo clínico (HA) con 48% de aprobación.

A raíz de estos resultados, la clasificación auspiciada por el NIH concluyó que el SOP se define como un trastorno caracterizado por hiperandrogenismo clínico o bioquímico más trastorno menstrual, y que, para realizar el diagnóstico, se deben excluir otras patologías como el síndrome de Cushing, la hiperplasia suprarrenal congénita y la hiperprolactinemia. Los criterios que no lograron consenso entre los encuestados, y que por lo tanto no se utilizaron como criterios diagnósticos, eran la insulinorresistencia, el inicio perimenárquico, la relación LH/FSH elevada y la morfología de ovarios poliquísticos (MOP) en la ecografía. Esta forma de diagnosticar SOP fue utilizada fundamentalmente en Estados Unidos de Norteamérica, ya que los especialistas europeos rechazaron la exclusión de la ultrasonografía.

En el año 2003 se evaluaron nuevamente los criterios diagnósticos en un consenso de expertos auspiciado por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, realizado en la ciudad de Rotterdam. Este consenso incorpora la morfología ovárica como criterio diagnóstico, definida como la presencia de 12 o más folículos de 2 a 9 mm de diámetro o un volumen ovárico mayor a 10 ml en uno o los dos ovarios. No se considera el aspecto subjetivo de ovarios poliquísticos, la distribución folicular y tampoco el aspecto del estroma.

El consenso de Rotterdam definió como SOP a aquellas pacientes que cumplan dos de tres criterios: hiperandrogenismo clínico o bioquímico, oligo-anovulación y MOP. Con esto se agregaron dos nuevos fenotipos a los descritos por el consenso NIH: pacientes con hiperandrogenismo clínico o bioquímico con alteración ecográfica y menstruaciones normales, y un segundo grupo con MOP y trastornos menstruales, sin hiperandrogenismo. El diagnóstico de SOP en este último grupo de pacientes, que no tiene hiperandrogenismo, ha llevado a importantes controversias entre los endocrinólogos.

A raíz de estas dificultades, la Sociedad de Exceso de Andrógenos (AES) decidió nombrar un grupo de expertos que revisara la literatura en forma sistemática utilizando criterios basados en “medicina basada en la evidencia”, evaluando la literatura publicada respecto a la asociación de los diferentes fenotipos del SOP con morbilidad a largo plazo. Este consenso, que difiere en su metodología de las encuestas que originaron los criterios NIH o de la reunión de expertos utilizada por Rotterdam, concluyó que sólo se ha documentado que las pacientes con hiperandrogenismo clínico o bioquímico presentan un mayor riesgo metabólico y cardiovascular a largo plazo, y que por lo tanto el diagnóstico de SOP requiere la presencia de hiperandrogenismo.

Los consensos realizados hasta la fecha han definido criterios aplicables a una población adulta, por lo que no deben ser empleados en adolescentes. Las mujeres en los años que continúan a la menarquia pueden presentar, en forma fisiológica, trastornos menstruales y MOP al examen ecográfico, por lo que el diagnóstico de SOP no se debe realizar en adolescentes muy jóvenes. Por estas razones, en la época perimenárquica el diagnóstico fundamentalmente debería basarse en el hiperandrogenismo.

Las tres reuniones de expertos concuerdan en que ni la presencia de insulinorresistencia, ni el aumento de LH/FSH, ni la presencia de sobrepeso constituyen elementos diagnósticos del SOP. A su vez, las tres clasificaciones concuerdan en la necesidad de descartar patologías que se puedan confundir con este síndrome.

Oligoanovulación

Un sangrado menstrual normal y regular es el resultado de la acción coordinada de la ovulación y sus efectos sobre el endometrio. Esto se traduce en un ciclo que generalmente es regular y de duración y cantidad de sangrado normal. La frecuencia normal del ciclo menstrual en una mujer adulta es de 21-35 días en promedio, lo que corresponde al percentil 5 y 95, respectivamente.

La anovulación crónica frecuentemente se presenta como oligomenorrea, amenorrea, sangrado uterino anormal, y/o infertilidad. Se define como oligomenorrea a la presencia de menos de 9 menstruaciones al año o 3 ciclos de más de 35 días durante el último año.  En adolescentes durante los primeros años después de la menarquia los ciclos pueden tener un largo entre 20 y 45 días. La gran mayoría de las mujeres con SOP presentan algún grado de trastorno menstrual. En la mayoría de los casos corresponde a oligomenorrea o amenorrea. La presencia de ciclos regulares (alrededor del 20% en mujeres con SOP) sin hiperandrogenismo puede ser usado como evidencia de ovulación normal. Sin embargo, la presencia de ciclos menstruales regulares en mujeres con hiperandrogenismo no asegura la presencia de ovulación, ya que 40% de ellas tienen oligoanovulación cuando son estudiadas con exámenes de laboratorio.

Frecuentemente pero no siempre, las anormalidades menstruales son de larga data, incluso desde la menarquia. Otras mujeres pueden desarrollar problemas menstruales únicamente en etapas más tardías, probablemente secundarios a la ganancia de peso. La amenorrea primaria es posible, pero no común.

Hiperandrogenismo clínico (HA).

 El HA se define como las manifestaciones clínicas derivadas de un exceso o una hipersensibilidad a los andrógenos. Dentro de estas manifestaciones se incluyen el hirsutismo, la seborrea, el acné y la alopecia androgénica. Un grado extremo de hiperandrogenismo lo constituye la virilización, cuadro que es infrecuente en las mujeres con SOP y que es causado principalmente por tumores productores de andrógenos (ováricos o adrenales).

La clasificación NIH y Rotterdam aceptaron como criterios diagnósticos de HA al hirsutismo, el acné y la alopecia. En cambio la clasificación de la AES sólo acepta como criterio diagnóstico de HA la presencia de hirsutismo.

El hirsutismo se define como un aumento de los pelos terminales en zonas dependientes de andrógenos. Se han diseñado escalas para evaluar su magnitud, de las cuales la más conocida fue publicada el año 1967 por Ferriman y Gallwey. Ellos asignaron un puntaje entre 0 y 4, dependiendo de la densidad de pelos en once zonas del cuerpo: labio superior, mentón, espalda alta y baja, tórax, abdomen superior e inferior, brazo, antebrazo, muslos y piernas. Posteriormente, Hatch modifica esta escala, eliminando los antebrazos y piernas por su falta de relación con el hiperandrogenismo, originando la escala de Ferriman y Gallwey modificada (FGm), que es la que se utiliza en la mayoría de los estudios hoy en día.

Se ha definido hirsutismo en las poblaciones europeas como un puntaje FGm mayor o igual a 8, que corresponde al percentil 95. Otros estudios en poblaciones menos hirsutas se utiliza un punto de corte de 6, como el caso de las poblaciones Latinoamericanas, donde la descendencia indígena hace que el hirsutismo sea menos acentuado. La definición de hirsutismo fue recientemente revisada por la Endocrine Society, Estados Unidos de Norteamérica, que publicó una guía clínica para el manejo de este problema y sugirieron que lo más importante para definir la necesidad de terapia es la incomodidad que el paciente presente con respecto al tema, independiente del puntaje FGm.

Otro de los signos clínicos considerado como una manifestación del exceso de andrógenos es el acné. Slayden et al demostraron que sólo 63% de mujeres con acné, pero sin hirsutismo, presentaban hiperandrogenismo bioquímico. Estos autores también demostraron en las adolescentes con acné moderado a severo un aumento en la prevalencia de hiperandrogenemia.

Al igual que con respecto a la presencia de acné, la alopecia androgénica no es considerada como un criterio diagnóstico de HA por la clasificación de la AES. Éste es un signo poco frecuente en las mujeres con SOP, afectando sólo a 5% de las pacientes con HA. Además, cuando existe alopecia sin hirsutismo ni acné, constituye un signo inespecífíco, que puede corresponder a otras etiologías no relacionadas al hiperandrogenismo.

Hiperandrogenismo bioquímico.

La presencia de hiperandrogenismo bioquímico es aceptada por las tres clasificaciones como un elemento central en el SOP, con una prevalencia de 60% a 80%. Las tres clasificaciones concuerdan en la evaluación de la testosterona total, dehidroepiandrosterona sulfato (DHEAS) y la evaluación de los andrógenos libres, ya sea por medición de testosterona libre o por cálculo del índice de andrógenos libres para hacer el diagnóstico de SOP. Los elementos divergentes en los  consensos radican en la medición de testosterona libre, que tiene importantes problemas metodológicos, y la inclusión de la androstenediona.

La medición de testosterona libre tiene dificultades en su determinación por el laboratorio. El RIA presenta una gran variabilidad inter e intraensayo, y la diálisis de equilibrio, considerado el patrón de oro para medición de testosterona libre, no está disponible para uso clínico. Por estas razones, el consenso de Rotterdam sugiere utilizar el cálculo del índice de andrógenos libres (IAL) que se correlaciona bien con los niveles de testosterona libre medida por diálisis de equilibrio. Además, este índice es el parámetro en sangre que con mayor frecuencia se encuentra alterado en mujeres con SOP, con excelente sensibilidad y especificidad.

El cálculo del IAL se realiza dividiendo la testosterona total por SHGB multiplicado por 100 (ambas en nmol/L); si la testosterona total se encuentra en ng/ml, debe multiplicarse por el factor 3,467 para obtenerla en nmol/L. Un IAL elevado se puede deber tanto a niveles de testosterona total aumentados, como a un descenso en los niveles de SHBG que se observa en estados hiperandrogénicos y en la presencia de hiperinsulinismo. Al igual que con la testosterona total, no existe consenso en el punto de corte de IAL que sugiere hiperandrogenismo.

La medición de la testosterona total también presenta dificultades ya que los kits utilizados en su medición, fueron desarrollados para medir testosterona en hombres, lo que los hace poco sensibles a detectar los niveles encontrados en mujeres. Además, la variabilidad entre los diferentes ensayos ha hecho difícil decidir un punto de corte universal de testosterona total para definir hiperandrogenismo bioquímico. Otro factor a considerar en la evaluación de un valor de testosterona es la disminución progresiva en sus niveles con la edad, siendo más altos en la segunda década de la vida. Por lo anterior, el valor de laboratorio debe ser analizado con cautela y en el contexto clínico.

La medición de androstenediona tiene un valor limitado para algunos grupos5, sin embargo, estudios recientes que evaluaron marcadores de hiperandrogenismo en mujeres hirsutas subrayan la utilidad de medir androstenediona y DHEA, testosterona total e IAL, para evidenciar la hiperandrogenemia en estas pacientes.

Ecografía con ovarios con morfología ovario poliquístico (MOP)

La MOP se encuentra presente en la gran mayoría de las pacientes con SOP. El aspecto MOP no es exclusivo de estas pacientes, ya que puede estar presente entre 10% y 20% de las mujeres sanas con reglas regulares y sin hiperandrogenismo clínico. Este porcentaje es aún mayor en adolescentes sanas, en que se ha descrito 30% de MOP. Estos antecedentes confirman que una ecografía alterada aislada, sin otros elementos clínicos, no debe ser empleada como diagnóstico de SOP.

La definición de MOP fue tomada de estudios que buscaron los criterios ecográficos que se asociaban con hiperandrogenismo clínico y con la presencia de SOP, definido por los criterios NIH. Jonard et al demostraron que la presencia de 12 o más folículos entre 2 y 9 mm, al menos en uno de los dos ovarios, tiene una sensibilidad de 75% y una especificidad de 99% para detectar a las mujeres con SOP.

Un volumen ovárico de 10 ml corresponde al percentil 95 observado en una población general. Este valor de corte tiene una especificidad cercana a 100% para detectar a la población SOP, pero presenta una baja sensibilidad. Por esta razón, Jonard et al compararon 154 pacientes con SOP, definido por los criterios clásicos del NIH, con 57 mujeres con función ovárica normal. Ellos observaron que la sensibilidad para diagnosticar SOP subía de 45% a 67,5%, al utilizar un volumen ovárico de 7 ml, sin perjudicar la especificidad (91,2%). A raíz de estos resultados, estos autores proponen bajar el valor de corte.

Cabe destacar que las definiciones expresadas anteriormente están basadas en estudios realizados con ecografía transvaginal, la que posee una mejor resolución que la ecografía transabdominal. El estudio transvaginal es rechazado por 20% de las pacientes, lo que hace necesario replantear si estos criterios son aplicables al ultrasonido transabdominal. 

La ecografía tridimensional es una herramienta útil en investigación, pero no es necesaria para definir la MOP8. Los ovarios “multiquísticos” o “multifoliculares”, definidos por la presencia de más de 5 folículos y estroma normal, pueden corresponder a un hallazgo frecuente durante la pubertad y en mujeres que se recuperan de una amenorrea hipotalámica, motivo por el que este término no debe ser confundido con MOP.

El consenso internacional para evaluar la MOP estipula las siguientes características:

Características necesarias para la definición de Ovarios con morfología poliquística
1.    Características básicas
    1. 12 o más folículos que midan entre 2-9 mm de diámetro.
    2. Volumen ovárico aumentado (>10 ml).
2.    No debe utilizarse la apariencia subjetiva de ovarios poliquísticos:
    1. La distribución de los folículos debe omitirse.
    2. El aumento de la ecogenicidad o del estroma no se incluyen en la definición.
3.    Para definir SOP es suficiente que un ovario cumpla el o los criterios anteriormente mencionados.
4.    Esta definición no es aplicable a mujeres en tratamiento con anticonceptivos hormonales.
5.    El hallazgo aislado de ovario poliquístico en mujeres asintomáticas no debe considerarse como SOP.
6.    Las recomendaciones técnicas que deben considerarse son:
    1. Un equipo de ultrasonido adecuado y personal capacitado en su uso.
    2. Siempre que sea posible, se debe preferir la vía transvaginal.
    3. En mujeres con ciclos regulares el examen debe realizarse en fase folicular. En las mujeres con oligomenorrea o amenorrea la ecografía puede realizarse en cualquier momento del ciclo o en los días 3º a 5º después de un sangrado producido por progesterona.
    4. Si hay evidencia de un folículo dominante (>10 mm) o de un cuerpo lúteo, la ecografía debe repetirse al siguiente ciclo.
    5. El cálculo del volumen ovárico se realiza mediante la fórmula simplificada de una elipse (0,5 x ancho x largo x anteroposterior).
    6. El número de folículos debe contarse en los ejes longitudinal, transverso y anteroposterior del ovario. El tamaño folicular debe expresarse como el promedio de los diámetros longitudinal,transverso y anteroposterior
    7. El uso de ecografía 3D, doppler o resonancia magnética para la definición de MOP no ha sido aceptado hasta la fecha y debe reservarse para protocolos de investigación.


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Diagnostico Diferencial

El diagnóstico de Síndrome de Ovario Poliquístico es basado en hiperandrogenismo o anovulación crónica en la ausencia de enfermedades hipofisiarias y/o adrenales El diagnóstico diferencial de SOP se describe en la tabla a continuación, además de los screening necesarios para la detección.


Entidad
Diagnósticos Diferenciales
Test diagnóstico
National
Institute
of Health
(1990)
Hiperplasia Suprarrenal Congénita
17 – hidroxiprogesterona
Tumores secretores de andrógenos
Ovárico = testosterona total
Adrenal = S -DHEA
Hiperprolactinemia
Prolactina sérica
Síndrome de Cushing
Cortisol libre en orina de 24 horas
Rotterdam
Group
(2004)
Hiperplasia Suprarrenal Congénita
17 – hidroxiprogesterona
Tumores secretores de andrógenos
Ovárico = testosterona total
Adrenal = S -DHEA
Síndrome de Cushing
Cortisol libre en orina de 24 horas
Androgen
Excess
Society
(2006)
Hiperplasia Suprarrenal Congénita
17 – hidroxiprogesterona
Tumores secretores de andrógenos
Ovárico = testosterona total
Adrenal = S -DHEA
Hiperprolactinemia
Prolactina sérica
Síndrome de Cushing
Cortisol libre en orina de 24 horas
Hipertiroidismo
TSH
Uso de drogas androgénicas o anabólicas
Historia clínica / Medición toxicológica en orina o sangre


Una historia clínica y un examen físico cuidadoso, es necesario para detectar aquellos hallazgos que no forman parte del SOP. Síntomas como intolerancia al frío, piel seca, incremento de la fatiga, pueden orientar a la presencia de un hipotiroidismo.  La galactorrea puede estar presente o no en pacientes con hiperprolactinemia. Signos de virilización severa pueden indicar un tumor ovárico o adrenal. Pacientes con síndrome de Cushing cursan habitualmente con hipertensión, estrías purpúricas en abdomen, deposito de grasa a nivel de las vértebras cervicales (giba), cara redonda y pletórica.

La hiperplasia adrenal congénita de aparición tardía, aunque es muy rara, merece mencionarse porque presenta la misma sintomatología del SOP. La hiperplasia congénita adrenal, es debido a una gran variedad de defectos enzimáticos en la esteroidogénesis adrenal (la cual aumenta los niveles de precursores que tienen propiedad androgénica). La forma clásica de la enfermedad se acompaña además del defecto enzimático, de genitales ambiguos. Cuando el defecto enzimático es parcial, la enfermedad puede no expresarse hasta que ocurre la menarca. El diagnóstico definitivo de este desorden consiste en cuantificar la hormona que precede antes del bloqueo enzimático, siendo la causa más común la deficiencia de 21-hydroxilasa.

martes, 20 de septiembre de 2011

Síndrome de Hiperestimulación Ovárica

El Síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO) consiste en una respuesta exagerada a los tratamientos de inducción de la ovulación.

Factores de Riesgo de aparición del síndrome
Ø  Antes de la administración de gonadotropinas
o   Joven
o   Delgada
o   Síndrome de Ovario Poliquístico
o   Alergias
Ø  Durante o después de la administración de gonadotropinas
o   Múltiples folículos
o   Cifras de estradiol elevadas
o   Utilización de hCG para producir ovulación

El SHO es autolimitado, con una regresión espontánea, en ausencia de gestación, a los 10 – 14 días. Su evolución cursa paralela a los niveles séricos de hCG. Según el momento de aparición se divide en SHO temprano (aparece entre 3 – 7 días después de la administración de hCG, que depende de la hCG exógena) y SHO tardío (aparece entre 12 – 17 días después de la administración de hCG y que se relaciona con la hCG producida por el cuerpo lúteo y posteriormente la placenta)

Según la gravedad se puede dividir según la clasificación de Rizj y Aboulghar en:

Moderado
Grave
Grado A
Grado B
Grado C
Malestar abdominal, nauseas, distensión, indicios ecográficos de ascitis y aumento de tamaño de los ovarios, perfiles hematológicos y biológicos normales
Disnea, oliguria, náuseas, vomitos, diarrea, dolor abdominal, ascitis clínica, hidrotórax, ovarios grandes por ecografía, perfil bioquímico normal
Grado A + ascitis a tensión, disnea grave, oliguria marcada, incremento del hematocrito, creatinina sérica elevada y disfunción hepática, trastornos hidroelectrolíticos
Complicaciones como distrés respiratorio, fallo renal o trombosis venosa
Los síntomas son más frecuentes e intensos 48 horas post hCG
Indicios ecográficos de ascitis: Líquido libre 9 cm 2
Las alteraciones en laboratorio más frecuentes son hemoconcentración, leucocitosis, hiponatremia, hiperpotasemia, hipoalbuminemia, elevación de creatinina y enzimas hepáticas

Complicaciones

  • Obstétricas
    • Aborto
    • Embarazo ectópico
  • Ginecológicas        
    • Persistencia de quistes lúteos
    • Torsión anexial
  • Médicas
    • Fenómenos tromboembólicos
    • Fracaso Renal
    • Disfunción hepática
    • Derrame pleural, Derrame pericárdico y/o Ascitis a tensión
    • Infecciones pulmonares
    • Trastornos hidroelectrolíticos
    • Edema agudo de pulmón
    • Edema cerebral
  • Muerte

Prevención

La clave de la prevención del SHO es reconocer los factores de riesgo y realizar tratamientos individualizados y monitorizados

a.    Coasting

Consiste en la suspensión de gonadotropinas, está demostrado que no afecta la calidad embrionaria ni ovocitaria, siempre y cuando el coasting dure menos de 4 días.

Inicio:
  • De 15 – 30 folículos maduros ( > 18 mm)
  • Estradiol superior a 4.500 pg/mL
  • Producción de estradiol superior a 150 pg/mL/folículo maduro

Monitorización:
  • Niveles diarios de estradiol

Finaliza:
  • Estradiol sérico < 3500 pg/mL

Cancelar el ciclo:
  • Elevación de estradiol por encima de 6.500 pg/mL
  • Desarrollo de más de 30 folículos
  • Más de 3 días de duración del coasting


b.    Dosis de hCG

Se reduce la incidencia del SHO si se disminuye la dosis de hCG estándar necesarias para producir ovulación a 5.000 UI.

c.    Electrocoagulación ovárica

d.    Aspiración folicular
Consiste en la aspiración folicular de un solo ovario a las 12 horas después de la administración del la hCG, con el objetivo que la reducción de la masa de las células de la granulosa disminuya la producción de mediadores

e.    Uso de agonistas de GnRH

La utilización de agonistas de GnRH desencadena un pico de LH similar al producido por la hCG para inducir la maduración folicular final.

f.     Cancelación del ciclo

Esta es la única medida que previene completamente el SHO, ya que la no utilización de hCG evita todos los fenómenos fisiopatológicos del síndrome. Se administran anticonceptivos a la paciente y evite las relaciones sexuales, porque la ovulación espontánea podría producirse incluso 11 días después de suspender el medicamento.

g.    Administración de albúmina humana

Se debe considerar la administración de albúmina humana al 20% en dosis de 40 – 100 gr en 4 horas, al momento de la recuperación de los ovocitos

h.    Criopreservación de los embriones

Con el objetivo de evitar el SHO en su forma tardía, debe evitarse la transferencia de embriones, puesto que la producción placentaria de hCG, podría desencadenarlo

i.      Agonista de la dopamina

El SHO se caracteriza por una sobreexpresión del VEGF y se su receptor 2, con la consiguiente permeabilidad vascular. Los agonistas de la dopamina bloquean al receptor al fosforilarlo y por evitan la acción de VEGF. Se administra cabergolina 0,5 mg/día desde la administración de hCG, durante 8 días sin que existan diferencias en cuanto a las tasas de fecundación, implantación, aborto y gestación.




Tratamiento del SHO

El tratamiento de una paciente con SHO debe ser individualizado, monitorizado, informado y multidisciplinar

  • SHO moderado
    • Manejo ambulatorio
    • Hospitalización según se requiera (2 – 3 días para valorar evolución)
    • Actividad física moderada (riesgo de torsión)
    • Hidratación oral
    • Analgesia y antieméticos
    • Peso diario, Control de ingeridos y eliminados, Perímetro abdominal
    • Hemograma, Química sanguínea, pruebas de coagulación, electrolitos séricos, β-hCG
    • Rx AP de Tórax, Ecografia pélvica y abdominal

  • SHO Grave
    • SHO moderado +
    • Manejo multidisciplinario
    • Hospitalización
    • Liq endovenosos: Solución mixta o isotónica, 125 – 150 ml/h (No administrar Hartman, agrava la hiponatremia)
    • Examen clínico diario y Examen pélvico bimanual
    • Ecocardiograma (evaluar derrame pericárdico)
    • Albúmina humana al 20%, 40 – 100 gr en 4 horas, cada 4 – 12 horas
    • Tratar hiperpotasemia (kayexelate, soluciones de insulina, albuterol, bicarbonato sódico)
    • Gluconato cálcico como protector cardíaco
    • Heparina profiláctica (sódica 5.000 UI cada 12 horas EV o de bajo peso molecular, Clexane 40 mg/día Sc)
    • Paracentesis o Toracocentesis evacuadora
    • Antibióticos profilácticos (especialmente para patógenos de las vías respiratorias)

domingo, 11 de septiembre de 2011

Abordaje Reproductivo del Embarazo Ectópico

El embarazo ectópico es la implantación embrionaria fuera de los límites de la cavidad endometrial.

Uno de los muchos factores implicados en el aumento de la incidencia del Embarazo ectópico es la cada vez más amplia utilización de técnicas de reproducción asistida.  El incremento del riesgo se observa principalmente mediante ciclos de inducción de la ovulación, especialmente el citrato de clomifeno.

El objetivo de realizar un diagnostico precoz es la oportunidad de brindar un tratamiento conservador. Y principalmente se realiza mediante la determinación seriada de la β-hCG. Con determinaciones mayores de 1.000 mU/mL debe visualizarse una gestación intrauterina por ecografía transvaginal.



Tratamiento médico

El tratamiento de elección es el Metotrexate (antagonista del ácido fólico, inhibe la síntesis del ADN y la multiplicación celular mediante la inhibición de la dihidrofolato reductasa), por la sensibilidad del tejido trofoblástico a este fármaco. Su eficacia es alta, en torno al 95%, con un 80% de trompas repermeabilizadas y una tasa de gestación posterior del 40%. La incidencia de embarazo ectópico posterior es del 10%.

Requisitos para la utilización de metotrexate:
Ø  Estabilidad hemodinámica de la paciente
Ø  Ausencia de dolor abdominal grave o persistente
Ø  Sin sangrado activo
Ø  Funciones hepáticas y renales normales
Ø  Masa anexial menor de 3,5 centímetros
Ø  Niveles bajos de gonadotropinas
Ø  Ausencia de latido cardiaco embrionario

Efectos secundarios (20 – 50% de los casos):
Ø  Alteraciones gastrointestinales (estomatitis, nauseas, alteraciones de las enzimas hepáticas, malestar abdominal)
Ø  Leucopenia y trombocitopenia
Ø  Dermatitis
Ø  Neumonitis intersticial
Ø  Nefrotoxicidad

Los efectos adversos son reversibles y desaparecen al suspender el tratamiento con Metotrexate

Administración del Metotrexate en el embarazo ectópico
Componente
Dosis Unica
Dosis Múltiple
Dosis
50 mg/m2 ASC
1 mg/kg
Frecuencia de dosis
Una dosis, repetir en 7 días si es necesario
Días alternos con
Leucovirina (ac folínico)
5 – 15 mg /día §
MAX. 4 dosis (8 días de tratamiento con ambos fármacos)
Monitorización niveles de β-hCG
Basal, D+4, D+7
Basal, D+1, D+3, D+5, D+7
Monitorización posterior
Semanal hasta que sea indectectable en sangre
§ En caso de toxicidad: a 15 mg (10 mg/m2 ASC) c/6 horas, hasta que se encuentren concentraciones de metotrexate sanguíneo menores de 10 -8 M




Los siguientes exámenes deben de realizarse durante el seguimiento de la paciente que utiliza metotrexate en el esquema de dosis única.

Día
Estudio
0
Hemograma completo, β-hCG, urea, ionograma, Pruebas de función hepática
1
β-hCG, Administración de metotrexate, esquema dosis única
4
β-hCG
7
β-hCG, hemograma completo, pruebas de función hepática. Segunda dosis de Metotrexate si no se redujo  β-hCG menos del 15%
Repetir determinaciones de  β-hCG semanal hasta llegar a < 10 UI


El criterio para suspender el uso del Metotrexate (o la no administración de dosis de refuerzo en esquema de dosis única) es la caída de los valores de β-hCG a un 15% desde los valores más elevados. La resolución completa del embarazo ectópico puede durar hasta 2 a 3 semanas (valores indetectables de β-hCG)

Tratamiento Quirúrgico


El primer tratamiento quirúrgico del embarazo ectópico consistió en la cirugía radical (salpingectomía), en 1884. Luego en 1953 se inició el uso de la salpingotomía con el objetivo de preservar la trompa.

En la salpingotomía se realiza en el borde antimesentérico de la trompa, se incide con electrobisturí monopolar y se protege el peritoneo para que el tejido trofoblastico no se implante en esta zona (posteriormente puede proliferar y aumentar los niveles de β-hCG. Se trata de extraer todo el material trofoblástico con ayudas de pinzas de disección y con hidrodisección. No se debe electrocoagular el lecho quirúrgico y ni se debe suturarse la trompa porque produce retracciones cicatriciales.

Luego de la salpingostomía se debe realizar un control de β-hCG cada 3 – 6 días. Lo normal es que en 72 horas los niveles hormonales sean negativos o inferior al 20% respecto a los valores anteriores a la intervención quirúrgica


Tratamiento médico y quirúrgico

La utilización de Metotrexato aplicado a nivel local (dentro del saco gestacional o por vía laparoscópica) no es seguro, ya que no está exento de efectos sistémicos (hay datos reportados de arritmias y edema agudo de pulmón) y existen dudas sobre los efectos sobre la mucosa tubárica y las células germinales del ovario (por su proximidad) que afecten la fertilidad futura.

Otras alternativas son el uso de glucosa hipertónica (10 ml de suero glucosado al 50%) aplicado por vía laparoscópica, pero no existe evidencia que sea superior a la salpingostomía para la prevención del embarazo ectópico persistente.

Embarazo ectópico persistente

Después de la salpingostomía no siempre es posible garantizar la extirpación completa del tejido trofoblástico y éste puede crecer y proliferar. Tiene una incidencia del 2,5 al 8,4%.

Se establece el diagnostico de Embarazo ectópico persistente cuando los valores de β-hCG son superiores a 1000 UI/L en el séptimo día o si permanecen estables o aumentan.

La conducta si los valores hormonales aumentan o se mantienen pueden ser:
Ø  Salpingectomía
Ø  Esquema con Metotrexate de dosis única

Embarazo ectópico en zonas inusuales

El tratamiento de elección es la intervención quirúrgica seguido del esquema de metotrexate de múltiples dosis.

 En los casos de actividad cardíaca positiva, la inyección de cloruro de potasio directamente sobre el saco gestacional con la administración concomitante de metotrexate si se plantea esta posibilidad muestra buenas tasas de éxito.

En los casos de embarazos cornuales o intersticiales puede ser necesario realizar una histerectomía.